Para un niño sordo no hay tiempo que perder, mientras más pequeño empiece su atención, mejor será su desarrollo e integración a la sociedad.
El niño sordo necesita y tiene el derecho a comunicarse con sus padres y familiares lo antes posible. El desarrollo emocional óptimo del niño sordo sólo es posible si éste puede contar con una lengua que evite su aislamiento.
En el mundo viven millones de personas sordas cuya primera lengua no puede ser una lengua hablada, por lo que adoptan formas alternativas de comunicación visual. Esto les lleva a desarrollar costumbres y valores peculiares, que tienden a convertirse en tradiciones. Esto hace que las personas sordas se identifiquen como una comunidad. Con sus lenguas de señas, los sordos forman minorías lingüísticas. La persona sorda no es una persona enferma: es más bien un extranjero.
“La sordera no es sólo un diagnóstico médico, es un fenómeno cultural en el que se interrelacionan patrones y problemas sociales, emocionales y lingüísticos.”
Oliver Saks
Las personas sordas saben de su condición biológica como “no oyentes”, que se incluye en la definición de discapacidad. Es por eso que participan en organizaciones que defienden los derechos de las personas con discapacidad, para abolir la discriminación, promover la igualdad y la plena participación. Pero no construyen su identidad en torno a su condición biológica o su discapacidad, sino como pertenecientes a una minoría lingüística, una Comunidad con su propia identidad cultural. Este tipo de construcción de identidad es más típico de una minoría étnica, y no ocurre en ningún otro grupo de personas con otras discapacidades.
Ser bilingüe para un niño sordo significa adquirir un lenguaje de manera natural, a través de su visión: la Lengua de Señas; y aprender el español (o el idioma de su país) como segunda lengua. Contar con dos lenguas ofrecerá siempre más recursos a cualquier persona. Es falso que aprender una Lengua de Señas obstaculice el aprendizaje del lenguaje oral, las investigaciones demuestran lo contrario; un niño sordo puede paralelamente aprender a comunicarse en ambas lenguas, aunque el aprendizaje de la lengua oral y sus posibilidades de hablar dependerá en gran medida de sus restos auditivos.
La Lengua de Señas Mexicana (LSM), es un lenguaje completo. Consta de signos visuales con estructura lingüística propia, con la cual se identifican y expresan las personas sordas en México. Para la gran mayoría de quienes han nacido sordos o han quedado sordos desde la infancia muy temprana, ésta es la lengua en que articulan sus pensamientos y sus emociones, la que les permite satisfacer sus necesidades comunicativas, así como desarrollar sus capacidades cognitivas al máximo mientras interactúan con el mundo que les rodea.